Las setas podrían ser más importantes para la salud neurológica de lo que se creía.
Contienen cuatro micronutrientes que pueden ser claves en la prevención del Parkinson y el Alzheimer.
Contenido
Los cuatro nutrientes clave de las setas
Los micronutrientes que están llamando la atención de la comunidad científica son el Selenio, la vitamina D, el glutatión y la ergotioneina.
Se sabe que todos estos nutrientes actúan como antioxidantes.
La importancia de los antioxidantes
Los antioxidantes son sustancias que pueden proteger tus células contra los efectos de los radicales libres – moléculas producidas cuando tu cuerpo descompone los alimentos o está expuesto la contaminación.
Los antioxidantes combaten el estrés oxidativo ,que se considera el principal culpable de las enfermedades del envejecimiento como el cáncer, las enfermedades cardíacas y la demencia.
Los antioxidantes más conocidos son las vitaminas C y E, y los carotenoides.
Las setas contienen algunos antioxidantes que no son tan conocidos pero pueden jugar un papel importante en la prevención de enfermedades neurodegenerativas.
En 2006 Robert Beelman y Joy Dubost, descubrieron que las setas cultivadas contienen ergotioneína en unas cantidades superiores a cualquier otro alimento.
La importancia de la ergotioneína
La ergotioneína es un aminoácido antioxidante que se descubrió inicialmente en 1909 en un hongo que vive en los cereales.
Nuestro cuerpo no puede sintetizarlo. Lo obtenemos de los alimentos que ingerimos.
Hasta 2005 había poco interés científico en la ergotioneína.
Pero ese año el profesor de farmacología Dirk Grundemann descubrió que todos los mamíferos fabricamos un transportador que lleva las moléculas de ergotioneína hacia los glóbulos rojos.
Y, una vez cargados los glóbulos rojos, distribuyen la ergotioneína por todo el cuerpo, especialmente a los tejidos que están bajo un intenso estrés oxidativo.
¿Ergotioneina para el Alzheimer?
Según un estudio publicado en Journal of Alzheimer´s Disease, la ingesta de setas puede reducir el riesgo de deterioro cognitivo.
El estudio, realizado en Singapur, reveló que las personas que consumían más de dos raciones de setas semanalmente tenían un 50% menos de probabilidades de padecer un deterioro cognitivo leve.
En otro trabajo se demostró que a medida que las personas envejecían, el contenido de la ergotioneína en su sangre disminuía significativamente.
Y esto a su vez se correlacionó con un aumento del deterioro cognitivo.
Paralelamente, otro estudio epidemiológico ,realizado en más de 13,000 personas mayores en Japón, demostró que aquellos que ingerían más setas eran menos propensos a sufrir demencia senil.
¿A más ergotioneína , mas salud neurológica?
La siguiente pregunta para confirmar los anteriores datos era evidente.
¿Podría estar relacionada la cantidad de ergotioneína consumida con la salud en diferentes poblaciones?
En 2016 se realizó un estudio que estimaba el consumo medio de ergotioneína en cinco países diferentes.
El doctor Robert Beelman utilizó estos datos para calcular la cantidad estimada de ergotioneína consumida por persona y día.
Para una persona promedio de 68 kg encontró que la ingesta oscilaba entre 1.1 mg. en los Estados Unidos y 4.6 miligramos por día en Italia.
Luego Beelman comparó el consumo estimado de ergotioneína con los datos mortalidad de cada país causada por las enfermedades neurológicas comunes.
Encontró que a mayor consumo de ergotioneína existía una menor tasa de mortalidad por causas neurológicas .
Hay que tomar estos datos con cautela. Todavía es pronto para afirmar que exista una relación de causa y efecto entre mortalidad y consumo de ergotioneína.
Pero estos estudios sugieren que podríamos disminuir la incidencia de enfermedades neurológicas aumentando el consumo de setas.
Si no consumo setas, ¿de donde obtengo la
ergotioneína?
Los únicos seres conocidos que sintetizan este antioxidante son los hongos.
La ergotioneína entra en la cadena alimenticia a través de los hongos presentes en el suelo.
Los hongos a su vez transmiten la ergotioneína a las plantas que crecen en la tierra. Y de las plantas pasa a los animales. Entre ellos nosotros.
Por lo tanto, aunque odies comer setas, la ergotioneína puedes ingerirla a través de vegetales producidos en tierras agrícolas donde son abundantes los hongos.
Esto llevó a preguntarse al equipo de Beelman si los bajos niveles de ergotioneína presentes en las poblaciones norteamericanas podría ser debido a sistemas de cultivo que destruyen los hongos en los suelos.
Iniciaron una colaboración con científicos del Instituto Rodale, que son líderes en el estudio de métodos de agricultura orgánica.
Los experimentos preliminares con avena han demostrado que las prácticas de cultivo menos agresivas con la tierra dan como resultado niveles más altos de ergotioneína.
Por contra encontraron niveles bajos de ergotioneína en cultivos con prácticas convencionales, en las que la labranza del suelo disminuye las poblaciones de hongos.
Entre las prácticas convencionales, aparte del abuso de productos químicos, se utilizan cuchillas para cortar e invertir la estructura del suelo, dejando expuesto al sol el delicado tejido de los hongos.
Quizás esta sea una de las primeras evidencias científicas de la relación entre prácticas de cultivo y las propiedades nutricionales de los alimentos.
Las setas en una alimentación saludable
Las setas son apreciadas en la cocina porque contienen potenciadores de
sabor.
Quizás sea por eso que son el segundo ingrediente más popular de las pizzas, después del salami.
Hasta ahora se consideraba a las setas como alimentos saludables por lo que NO tienen; no contienen colesterol ni gluten y son bajas en grasas, azúcares, sodio y calorías.
Sin embargo las setas pueden convertirse en la próxima revolución en medicina.
Las setas como medicinas
El descubrimiento de la penicilina a partir de un hongo marcó el inicio de una revolución en la medicina: la de los antibióticos.
Quizás la ergotioneína pueda ser a las enfermedades asociadas a la vejez lo que en su momento fue la penicilina a las infecciones bacterianas.
Quizás entonces podamos seguir el consejo que Hipócrates nos dejó hace 2400 años.
«Que la comida sea tu medicina»
Fuente : Como la humilde seta se está convirtiendo en una estrella de la nutrición